¿Os acordáis de la mesa redonda de la Mantilla Blanca, Herencia Renovada? En ella pudimos aprender muchas curiosidades sobre la mantilla y la moda andaluza en general. Pero también hubo una invitada muy especial, María José Sánchez Espinar, una gran profesional artesana de los mantones y heredera de la marca, que nos dio a conocer los mejores trucos para conservarlos correctamente.
María José siempre aconseja que tras cada uso se revise bien el mantón, ya que a simple vista parece estar limpio, pero fijándonos bien es muy probable que tenga algunas manchas, que si no se quitan atraen polillas y crean pequeños agujeros.
«Lo ideal es llevarlo a una tintorería de confianza para que lo limpien en seco, importantísimo, nunca en palangana o lavadora. Es una locura lavar una pieza artesanal de esa forma» – apunta la artesana. Si tu mantón es de un solo color, en un caso muy extremo puede usarse el agua, pero entendiéndolo bien y con cariño.
En la actualidad el tinte de los mantones es mucho más duradero, pero antiguamente eran naturales, con los que hay que tener especial cuidado, ya que con agua el tinte se puede ir.
«Si se te mancha de carmín o maquillaje por la parte del cuello no hace falta que lo lleves a la tintorería, puedes limpiar la zona con un paño, un poco de agua templada y un poco de amoniaco. Si es grasa lo que crea la mancha, la gasolina es el producto clave para limpiarla porque se evapora. También sirven los productos quitamanchas, siempre por la parte trasera y con mucho cuidado, porque pueden dejar cerco y comerse el brillo de la seda».
Hay muchas maneras de doblar un mantón, pero la que más recomienda Ángeles es doblarlo de forma rectangular con los flecos hacia adentro. Al estar guardado, los pliegues pueden hacerse permanentes y los flecos estropearse, por ello es aconsejable que un par de veces al año se saque y se extienda en la cama o en el sofá un día o dos sin que le de el sol directamente, «siempre le digo a mis clientas que se acuerden cuando hagan los cambios de ropa de invierno y de verano» – comentó María José.
Para guardar el mantón es preferible una bolsa de algodón 100% a ser posible o en papel de seda y con laurel, que es un anti-polillas natural inoloro. Si el laurel es verde no ponerlo nunca encima del mantón, pues puede tener sabia y tintar el mismo.
«Si un mantón se cuida bien lo pueden usar tus hijas y nietas» – María José S. Espinar.
Para finalizar, la artesana regaló a los asistentes una bolsita de laurel para evitar que las polillas se acerquen a nuestros mantones.
Muchas gracias por enseñarnos tanto María José, ¡hasta otra!
Fotografías: Chema Soler.