Este fin de semana hemos vivido el fin de fiesta para muchos sevillanos, en este caso porque acaba de terminar la Feria de Sevilla, pero también podría referirme a andaluces en general, puesto que la Feria termina cuando el cuerpo no aguanta más… ¡así somos!
En la Feria vivimos días intensos en los que hay momentos para todo: reímos, charlamos, bailamos, comemos y bebemos, nos deleitamos con el tradicional y espectacular «paseo de caballos y enganches” y disfrutamos muchísimo repartiendo los ratitos que vivimos rodeados de familia, amigos, incluso de los amigos de amigos y … ¡lo que encarte! Incluso estos días también nos organizamos para atender compromisos profesionales y, entre una cosa y otra, casi de repente, el cuerpo dice: “hasta aquí he llegado”, que en mi caso suele ocurrir el jueves de Feria. Es en ese momento cuando pliego velas, nunca mejor dicho, y me voy a la playa a descansar.
Casi me atrevería a decir que esta costumbre, se ha convertido ya en tradición para multitud de sevillanos que moriríamos en «el Real» si no llegara nunca el momento de plegar. Pues bien, cada uno es como es, como diría Serrat y cada uno elige su playa para sanar.
Hoy paso por aquí para hablaros de la mía, porque así la siento, mía, después de vivirla casi treinta años.
ZAHARA DE LOS ATUNES, no es un lugar cualquiera y menos para mí. Creo que todos los que la frecuentamos sentimos que tiene una energía diferente y especial con la potestad de hacer que su visitante se olvide del mundo y esté más presente de lo que lo hace habitualmente. ZAHARA es el hoy, es ese paisaje exuberante, inmenso, apabullante, embriagador. Su mar con sus matices de colores, el sonido de sus bravas olas, el viento de poniente que te “pone» loco, la luz de sus faros, sus puestas de sol (aunque esto es un aspecto que daría mucho que hablar) solo adelanto que son las más bonitas del mundo. Son, sin duda, obras de arte que cada tarde nos regala este paraíso y cada día cambian a su antojo…. Desde luego, si existe el término “arte digital” debería existir también el “arte de la naturaleza”.
Otro atractivo diferenciador que encontramos los más disfrutones en esta localidad gaditana, es su oferta gastronómica.
Os dejo por aquí mis imprescindibles de la zona, esos restaurantes que si os animáis a venir no os podéis perder: El Refugio, Zokarra Playa, Salvaje, La Jábega, Restaurante Antonio, Pradillo, Casa Juanito, Restaurante Vambú, Restaurante Almadraba, La Sal y La Pirindola, entre otros, porque como ya os avancé, la oferta gastronómica de Zahara es interminable.
¡Nos vemos en las puestas de sol!